Durante años, la ciencia afirmaba que el cerebro adulto era una estructura estática e inmutable, con un número fijo de neuronas que, una vez dañadas, no podían regenerarse.
Hoy, sabemos que esto está muy lejos de la realidad. Este descubrimiento, revolucionario en el plano científico, ha abierto un abanico de posibilidades de aplicación en distintos campos como la educación, la psicología y la rehabilitación.
¿Qué es exactamente la neuroplasticidad?
La neuroplasticidad es la capacidad innata para modificar la estructura y función del cerebro en respuesta a nuevas experiencias, aprendizajes o daños. En esencia, es el proceso por el cual el cerebro aprende, cambia y se adapta. Un cerebro maleable tiene la capacidad de modificar la actividad de las neuronas y reorganizar sus conexiones (llamadas sinapsis -término que explica cómo las neuronas transmiten información entre sí).
La plasticidad cerebral nos ha permitido entender que todo lo que hacemos, pensamos y experimentamos moldea físicamente nuestro cerebro. Cada vez que aprendes algo nuevo, practicas una habilidad o cambias un hábito estás modificando tu arquitectura neuronal. Este conocimiento es fundamental para profesionales de la educación y la psicología, ya que subraya la importancia de la estimulación continua y el aprendizaje a lo largo de la vida.
Tipos de neuroplasticidad
Hay varias formas en las que tu cerebro puede cambiar gracias a su maleabilidad. A continuación, repasamos las principales transformaciones:
Plasticidad funcional
Es un tipo de plasticidad adaptativa. Ocurre cuando el cerebro reorganiza sus funciones para adaptarse a daños o déficits, permite que ciertas áreas “tomen el relevo”. Por ejemplo, si una región del cerebro se daña, otra región sana puede asumir sus funciones, como sucede en algunos casos de rehabilitación tras un accidente cerebrovascular. Este tipo de plasticidad es la base de gran parte de la rehabilitación neurológica.
Plasticidad estructural
Aquí sucede un cambio en la estructura física del cerebro. Nacen nuevas sinapsis (proceso de transmitir información entre neuronas), nuevas dendritas (ramificación neuronal, parte tangible de la neurona que transmite la información), axones (estructura fundamental para el sistema nervioso) e incluso se crean nuevos vasos sanguíneos que alimentan mejor las zonas activas.
Plasticidad sináptica: LTP: long-term potentiation y LTD: long-term depression
Aquí entran en acción dos mecanismos clave:
- Potenciación a largo plazo (LTP): cuando repites una actividad, fortaleces una conexión sináptica (la transmisión de información entre neuronas). Es como marcar un camino en la selva: cuanto más lo transites, más claro se vuelve; más fácil es recorrerlo.
- Depresión a largo plazo (LTD): en cambio, si una conexión no se usa, se debilita. Es como olvidarte de un camino: con el tiempo resulta difícil transitarlo. A veces, es necesario eliminar esas conexiones.
Ambos mecanismos, de lo más estudiado de la neuroplasticidad, son esenciales. No basta con crear conexiones, también hay que eliminar las que ya no se usan para mantener el cerebro eficiente.
Neurogénesis y nuevas conexiones
La neurogénesis consiste en la generación de nuevas neuronas, especialmente en zonas como el hipocampo, una parte fundamental para el aprendizaje y la memoria. Aunque durante mucho tiempo se pensó que nacíamos con todas las neuronas, hoy se sabe que nuestro cerebro puede fabricar nuevas células en la edad adulta, si se le estimula adecuadamente. Además, la formación de esas nuevas neuronas genera conexiones con otras redes cerebrales ya existentes, lo que permite que el proceso de aprendizaje fluya de una forma óptima.
Ejemplos sobre la neuroplasticidad
Aprendizaje musical y de idiomas
Cuando tocas un instrumento o aprendes una lengua, activas las distintas redes cerebrales:
- En música, mejoras la coordinación, el ritmo y la memoria auditiva.
- En idiomas, se refuerzan zonas relacionadas con el vocabulario, la gramática y la fonética. Las áreas del lenguaje del cerebro se desarrollan de forma más compleja y muestran una mayor densidad de materia gris (relacionado con el pensamiento y la memoria) en comparación con las personas monolingües.
La repetición fortalece la sinapsis (LTP), se crean conexiones estructurales, y a nivel funcional, el cerebro se adapta para procesar sonido, ritmo y lenguaje con mayor fluidez. Estos son claros ejemplos de plasticidad estructural inducida por la práctica de una actividad.
Rehabilitación con musicoterapia
En lesiones cerebrales o trastornos neurológicos, la musicoterapia es una herramienta poderosa. Gracias a la música, se activan áreas sanas que asumen funciones de las zonas dañadas (plasticidad funcional), mientras se crean nuevas redes. Además, el placer de la música facilita el aprendizaje, incrementa la motivación y favorece la neurogénesis.
Si te interesa esta disciplina y su relación con el funcionamiento cerebral, puedes consultar el Grado en Musicología.
Entrenamiento musical en niños con trastornos del lenguaje
Los niños con dislexia u otros trastornos del procesamiento del lenguaje suelen tener dificultades para diferenciar sonidos del habla rápidos y consecutivos. A ellos, el entrenamiento musical les puede ayudar a mejorar notablemente su desarrollo comunicativo. La música estimula conexiones auditivas y lingüísticas y promueve la creación de nuevas sinapsis. Los resultados son tan favorables que se puede registrar una mejora en la soltura, la comprensión y el ritmo del habla de las personas con problemas lingüísticos.